domingo, 3 de abril de 2011

MEDICINA ENERGETICA-La Base Científica" (James L.Oschaman)

James L Oschman, Biofísico y Biologo Molecular que en los últimos años se ha dedicado al estudio profundo de las bases científicas de la medicina energética, explica en su libro “Medicina Energética – La base científica”:

“…el trauma se absorbe y almacena en el cuerpo y puede desbloquearse con flujos de energía correctivos.”

“…los distintos estados emocionales, al hacer de disparadores de la liberación de diversos péptidos (proteínas), producen cambios repentinos, incluso cuánticos, en la conciencia, acompañados por modificaciones concomitantes en el comportamiento, la memoria y la postura corporal.”

“…No existe una única “fuerza de vida” o “energía sanadora”, sino que hay muchos sistemas en el cuerpo, los cuales conducen diversos tipos de energía e información, de un lugar a otro. Las diferentes terapias energéticas se enfocan en los distintos aspectos de esta multiplicidad, y cada una de estas terapias presenta un valioso conjunto de claves e hipótesis comprobables, sobre el modo de funcionamiento de los sistemas de energía. Los sistemas fisiológicos y anatómicos en el cuerpo, y los energéticos, se interdigitan. Un trabajo eficaz en un sistema, inevitablemente afectará toda la composición.”

Los grandes escépticos de todos los tiempos suelen negar la existencia de ciertas verdades hasta que la verdad misma rompe la rigidez mental que los caracteriza.

El escepticismo y la negación que históricamente ha tenido la medicina occidental académica para con las verdades que desde hace siglos los terapeutas energéticos vienen comprobando en su trabajo diario al lado de la unidad indisoluble que es el ser humano, está desmoronándose.

A diferencia de la ciencia occidental que -abusando de una excelente herramienta como es el método científico- ha convertido en dogma la práctica de desmenuzarlo todo en miles de partes para mirarlo a través de un microscopio y negar la existencia de cualquier cosa que no se pueda ver a través de sus anteojos, la ciencia oriental ha conservado la mirada integral del ser humano logrando no caer en la deshumanización que tanto se le critica actualmente a su hermana occidental.


El problema no surge porque se utilice uno u otro enfoque, sino cuando se eleva cualquiera de ellos a la calidad de dogma para negar la existencia del otro, cuando en realidad son las dos caras de una misma moneda que sólo se han separado artificialmente.

Todos aquellos que hemos venido trabajando con alguna forma de medicina energética hemos comprobado vivencialmente lo que el Dr. Oschman le está demostrando a la ciencia occidental.

En el caso del Tai Chi, las transformaciones profundas que muchos practicantes han experimentado en su Cuerpo, en su Mente y en su Espíritu no dejan lugar a dudas. No importa por donde se empiece el trabajo, inevitablemente cada parte se ve lentamente transformada positivamente y de allí su eficacia terapéutica.

Este tipo de prácticas que rápidamente se están difundiendo en occidente obedecen a una tendencia Natural hacia un equilibrio global. Al decir de Carl Jung:
tanto, perdió sus valores espirituales hasta un grado positivamente peligroso.

Se desintegró su tradición espiritual y moral, y ahora está pagando el precio de esa rotura en desorientación y disociación extendidas por todo el mundo.

Los antropólogos han descrito muchas veces lo que ocurre a una sociedad primitiva cuando sus valores espirituales están expuestos al choque de la civilización moderna. Su gente pierde el sentido de la vida, su organización social se desintegra y la propia gente decae moralmente. Nosotros estamos ahora en la misma situación. Pero nunca comprendimos realmente lo que perdimos… Hemos desposeído a todas las cosas de su misterio y numinosidad; ya nada es sagrado”

¿Podemos entonces sorprendernos de la neurosis, ansiedad y depresión que se extiende cada vez más como una plaga?


¿Podemos quedarnos satisfechos porque los médicos hemos encontrado una forma legal de tranquilizar la conciencia (o inconsciencia) social ante la escalada de drogodependencia a los sedantes?
En este sentido la práctica regular de Reiki, Tai Chi (o cualquier otra forma de trabajo vivencial integral), logra recuperar el respeto por lo Sagrado y así llenar el vacío existencial que está carcomiendo el corazón de tanta gente.

Por esta razón, no es de extrañar, que una vez que se retoma la conexión con los Ritmos Naturales, el estrés desaparezca o al menos haya un cambio radical de actitud hacia los mismos fenómenos que antes producían pánico y enfermedad.



Dr. Ernesto Velázquez Del Puerto



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